The Guardians
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Rapture (Ángeles Caídos 4) - J.R. Ward

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Mensaje por Invitado Vie Nov 29, 2013 7:52 am

gracias !
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Mensaje por Invitado Sáb Nov 30, 2013 2:23 pm

Gracias!!
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Mensaje por Invitado Miér Dic 04, 2013 11:50 am

:d
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Mensaje por Invitado Vie Dic 06, 2013 9:54 pm

Hola chicas, ¿como están? ha pasado bastante tiempo que no paso por el foro,(tengo un jefe sobre explotador, JE) ahora que tengo un tiempo libre me encuentro con que ya hay varios capítulos y eso me da mucho gusto, Maka muchas gracias por todo tu trabajo y suerte en la escuela
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Mensaje por maka.mayi Miér Dic 11, 2013 2:45 pm

Disculpen que no he subido más capítulos :$ es un horror este nuevo semestre pero el viernes salgo de vacaciones de navidad así que eso me alegra muchísimo el fin de semana les subo capítulo, por ahora estoy estudiando para pruebas que tengo el jueves y el viernes
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Mensaje por Invitado Miér Dic 11, 2013 7:11 pm

maka.mayi escribió:Disculpen que no he subido más capítulos :$ es un horror este nuevo semestre pero el viernes salgo de vacaciones de navidad así que eso me alegra muchísimo el fin de semana les subo capítulo, por ahora estoy estudiando para pruebas que tengo el jueves y el viernes 

Ok, no te preocupes. Que te vaya bien en tus examenes :)
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Mensaje por Invitado Miér Dic 11, 2013 8:55 pm

MAAAASSS,..... Gracias por tu tiempo  Rapture (Ángeles Caídos 4) - J.R. Ward - Página 8 2670030987
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Mensaje por maka.mayi Dom Dic 15, 2013 11:39 pm


Capitulo Veinticinco

Traducido por Hishiru
Corregido por Violet~

Mels dejó de respirar mientras la seguridad de que Matthias era una persona desaparecida la golpeaba con fuerza, sin tener en cuenta el hecho de que tenía una licencia de conducir y, supuestamente, una casa: estando de pie frente a ella, mirándola a los ojos, era como si él no estuviera en la habitación.
Aquí que por una fracción de segundo, se había ido para siempre.
—¿Por qué te vas? —Cuando él se limitó a sacudir la cabeza, ella le preguntó—: ¿Es por eso que no me dices tu nombre?
—No, es porque no tiene importancia. Son sólo sílabas. No he sido esa persona durante muchos años, simplemente es irrelevante.
—No estoy tan segura de eso. —Cuando él se encogió de hombros, tuvo que presionar—: Y no necesitas ir a ningún lado.
Por un lado, ella no creía que la gente pudiera ver hacia el futuro, y eso significaba que si él se marchaba, era por su propia voluntad, la decisión podría ser deshecha en cualquier momento. Por él.
Excepto... el problema con ese argumento era que ella también lo sentía, la sensación de que ellos no tenían un para siempre esperándolos. Se habían conocido a causa de un accidente, sus vidas colisionaron, y así como el impacto no había durado mucho, tampoco ellos.
La herida era lo que iba a quedar para siempre.
Tenía la sensación horrible de que ella nunca conseguiría conocer a este hombre.
—¿Cuánto tiempo más? —exigió ella.
—No lo sé.
Al bajar de la mesa, se acercó y envolvió sus brazos alrededor de él, apoyando la mejilla en el corazón que latía detrás de sus costillas. Mientras él le devolvía el abrazo, se preguntó por qué era el único con quien sentía una conexión. Los otros, los convencionales, no habían llegado hasta ella.
Sin embargo, este hombre...
Matthias se echó hacia atrás y le tocó la cara.
—¿Puedo darte un beso aquí?
—¿Quieres decir en la mejilla o en la sala de conferencia?
—Bueno, trabajas aquí, y…
Apretó los labios en los suyos para hacerlo callar. A quién le importaba una mierda en donde estaban. Había un montón de relaciones entre oficinas, y personas que habían traído a sus esposos, esposas y parejas al edificio.
Además, si su jefe podía acosarla sexualmente, ella debería ser capaz de besar al hombre que realmente quería bajo este techo.
Cerrando los ojos, inclinó la cabeza y le rozó la boca de nuevo, dejando que sus labios se aferran a él. Y cuando él le devolvió el beso, deseó poder capturar el momento y hacerlo físico de alguna manera, convertirlo en algo que pudiera sostener en sus manos, o ponerlo en un lugar seguro como lo haría con un libro o un jarrón.
Pero la vida no era así. No tenías la oportunidad de aferrarte a los momentos que te definían o acariciar las cosas que te tocaban, no con la palma de la mano o con la punta de los dedos, por lo menos. Las maquinaciones del destino eran tan esquivas como la herramienta de un escultor, golpeando, cambiando sus contornos y luego pasando a la siguiente pieza de arcilla.
Con un cambio constante, la palma de Matthias se deslizó hasta la nuca de su cuello, tomando el control. Y mientras su lengua lamía entre sus labios, la abrió para él, deseando que esto fuera un lugar privado mientras el calor se elevaba en su interior, las paredes de su cuerpo enviándole rebotes alrededor sin parar, más rápido, más caliente, más rápido, más caliente…
Mels frunció el ceño al darse cuenta de que su mano estaba tocando algo duro en la parte baja de su espalda.
No era un aparato ortopédico.
No había nada médico sobre eso.
Avanzando por debajo de la solapa de su abrigo, encontró... el mango de una pistola.
Sacó el arma de su cadera mientras se apartaba.
Era una calibre cuarenta, y rápidamente registró el cartucho. Vacío. Lo mismo con la recámara.
—No eres la única con un permiso —dijo remotamente.
Le regresó la automática. —Supongo que no. ¿Puedo preguntar dónde la conseguiste?
—La compré.
—¿Y olvidaste las balas?
—No fue una amplia negociación.
—¿Sabes qué? A la víctima que murió en tú hotel anoche le dispararon con ese mismo calibre.
—Y crees que lo hice porque me he quedado sin munición.
Mels se encogió de hombros.
—Me dijiste que no me involucrara contigo porque podría matarme. Te presentas con una pistola después de que alguien recibe un disparo en el Marriott. Llámame Einstein.
—No maté a ese hombre.
—¿Cómo sabes que era un hombre?
—Está en todas las noticias.
Mels cruzó los brazos sobre el pecho y se quedó mirando al suelo, pensando que nada bueno saldría de ésta conversación.
—Creo que será mejor que me vaya.
—Sí —dijo ella.
Hablando de latigazos. Del beso a esto en menos de cinco segundos.
—Lo siento —murmuró él en la puerta.
—¿Por qué te disculpas?
—No me gusta dejarte así.
Bueno, eso hacía a dos de ellos.
Cuando la puerta se cerró tras él, se preguntó si alguna vez volvería a ver a Matthias, y se dio una reprimenda severa sobre mantener la cabeza firme y no dejar que su libido la metiera en situaciones peligrosas.
No era algo que su padre hubiera aprobado. No era algo que las mujeres inteligentes hicieran.
Maldición...
Después de quince minutos de patear su propio culo, se acercó a la sala de redacción, se consiguió una taza de café fuerte-y-negro, y regresó a su escritorio.
—Dime que no has destrozado también mi coche.
Dio un salto y miró a Tony.
—Qué… Oh, no. Aquí están las llaves.
—Supongo que te ves como si hubieras estado en otro accidente.
Fíjate que casualidad.
Reclinándose en su silla, clavó los ojos en la pantalla de su ordenador.
—¿Estás bien? —preguntó Tony—. ¿Necesitas un twinkie?
Mels rió. —Creo que intentaré primero con Maxwell House, aunque gracias.
—¿Qué pasa con la chica?
—Sólo me estaba preguntando cómo es posible fisiológicamente remover las cicatrices de un cuerpo muerto.
Bueno, no era la pregunta que en realidad había estado pensando, pero era una buena, un sustito socialmente aceptable. Aunque ella se lo habría preguntado eventualmente. Tony era una enciclopedia andante.
Ahora era el turno de él para recargarse y mirar a la nada. —No es posible. Las cicatrices son cicatrices.
—Entonces, ¿cómo podrías explicar dos series de fotografías, una que muestra unos caracteres sobre la piel y la otra donde no?
—Fácil. Alguien se puso a trabajar con Photoshop.
—Eso es lo que estoy pensando.
Lo que no obtuvo era el “por qué”. Aunque ella tenía sus sospechas sobre el “quién”.
Mels dejó caer la cabeza hacia un lado. Cualquier manipulación no habría sido realizada por el fotógrafo oficial, mientras la mujer había estado sacando fotos, había habido media docena de hombres en esa habitación con ella, y si había cambiado algo en las imágenes más tarde, ellos habrían notado la diferencia en el segundo en que vieron las imágenes.
Así que eso deja a Monty, un hombre que masturbaba su ego hablando con la prensa cuando no debería y tratando de crear un drama donde no lo había. ¿Cuáles eran las probabilidades de que él lo hubiera inventado sólo por diversión y risas?
Mels entró en acción, yendo a la base de datos del CCJ.
—Es eso —añadió Tony—, o se trata de un caso de intervención divina.



—Tengo el tatuaje.
A las cinco en punto, Mels levantó la vista de la versión final de su historia sobre la prostituta. Eric estaba de pie frente a ella, con una carpeta en la mano y un devorador de mierda sobre su cara.
—¿De la víctima del Marriott que desapareció de la morgue?
—El único.
—¿Me dejas ver? —dijo ella, tendiéndole la mano.
—Es, ah... sí. —Le pasó las fotos de nuevo—. No es mi estilo. Soy más del tipo tribal.
Mientras destapaba la carpeta, las cejas de Mels se alzaron. La fotografía estaba a color, pero no era necesario, al menos no donde la tinta estaba concentrada. La representación del tatuaje de la muerte estaba hecha en blanco y negro, y con un detalle espeluznante... hasta el punto que incluso en la fotografía, parecía que la llamaba específicamente con los ojos brillantes bajo la capucha rota y la huesuda mano señalándola.
—Bastante horrible, ¿no? —Comentó Eric—. Y un cementerio agradable también, ¿no te parece?
Lo cierto es que en el fondo: la horrible figura estaba de pie en un campo de tumbas, las lápidas se extendían más allá del paisaje, las túnicas en descomposición llenaban y oscurecían aquello que parecía no terminar nunca.
—¿Qué son todas esas marcas en la parte inferior? —preguntó ella.
—Tiene que ser una cuenta de algo, y no son hogazas de pan, estoy dispuesto a apostar por eso.
—Podría estar relacionado con pandillas.
—Eso es lo que estaba pensando, sobre todo teniendo en cuenta que recientemente había un cadáver en la morgue con algo similar, según mi fuente.
—¿Qué piensa el DPC ?
—Estoy buscando esa respuesta ahora mismo.
Mels levantó la vista. —Así que, ¿has hecho una búsqueda en Internet sobre la imagen?
—Hay miles de representaciones de la muerte en la Web, y algunas de ellas se encuentran en la piel de las personas. De las que pude encontrar, ninguna exactamente así, tenían una especie de aspecto similar a esta, si tiene algún sentido.
—¿Cómo fue que tu fuente consiguió esto? Escuché que todo fue limpiado desde el archivo de entrada.
St. Francis estaba alborotado por el incidente, era como si el hombre nunca hubiera pasado a través de su sistema en absoluto.
Limpio. Muy limpio.
—Mi amigo se volvió un aficionado del tatuaje. Tomó las fotos de su propio teléfono cuando el cuerpo entró.
—Muy habilidoso —murmuró ella mientras le regresaba la carpeta—. Entonces, si asumimos que el tatuaje está relacionado con las pandillas, ¿qué demonios estaba haciendo el tipo usando un chaleco antibalas de alta tecnología? Y ¿qué pasa con el desaparecido? Las pandillas no son tan sofisticadas, financiando o persiguiendo a sus muertos, ¿irrumpiendo dentro de un hospital para conseguir de nuevo el cuerpo? Y, ¿luego dejando está tecnología? Eso no pasa. La mafia igual.
Eric mordió su ya destrozado Bic. —Tiene que ser cosa del gobierno. Quiero decir, ¿quién más podría sacarlo?
Pensó en el cargador vacío de la automática de Matthias. —¿Escuché que las balas eran de una calibre cuarenta?
—¿El arma que se utilizó contra el hombre? Sí, y la buena noticia es que la policía se llevó el chaleco junto con la ropa y las botas como evidencia, por lo que todavía están alrededor. —Los ojos de su colega se estrecharon—. Así que, ¿vas a decirme por qué estás tan interesada ahora?
—Mi chica muerta también tiene una abertura en la garganta. —Aunque, realmente, ¿cuáles eran las posibilidades de que los dos asesinatos estuvieran relacionados?
—Ah, así que estás recolectando lesiones en el cuello.
—Sólo estoy siendo minuciosa.
—¿Y cómo va tu historia sobre esa prostituta? ¿Algo nuevo?
—Estoy trabajando en algunas cosas.
—Déjame saber si necesitas alguna ayuda.
—Igualmente.
Mientras Eric se iba, se dio cuenta de que la sala de redacción estaba en gran parte vacía. Y estaba casi fuera de tiempo cuando se trataba de su fecha límite.
Volvió a leer su artículo, no estaba satisfecha. Sin ninguna otra nueva información más que la identidad de la víctima, y cuando había llamado a la familia, había conseguido un lugar sorprendentemente desinteresado para comentar algo.
¿Cómo no puedes estar molesto por la muerte de tu hija?
A Mels no le gustaba enviar su obra como estaba. La escritura estaba bien, y el corrector ortográfico había hecho su trabajo, pero la historia real estaba con Monty y sus fotografías, pero no podía poner nada de eso aún.
Con una maldición, pulsó enviar, y prometió que llegaría al fondo de todo esto. Incluso si no iba a imprenta.
Cambiando a su pantalla, volvió a evaluar lado a lado las dos imágenes que había puesto juntas una hora antes: ambas eran de marcas similares talladas en la piel del abdomen. Una era de la chica Cecilia Barten que había sido encontrada en la cantera a las afueras de la ciudad unos días antes... y la otra era lo que Monty afirmaba había estado en el vientre de la prostituta.
El patrón de los rasguños parecían una especie de lenguaje: Había caracteres idénticos en ambas fotografías, a pesar de que no estaban en la misma secuencia, lo que en su mente no descartaba en lo absoluto sobre Monty-y-la-teoría-del-Photoshop. En todo caso, era perfecto, la vinculación de la muerte en el motel con la de la chica Barten sin hacer la manipulación una-por-una era evidente.
De hecho, cuanto más pensaba en ello, más se decidía por el ajuste manipulado de la rutina de Monty. Si él era la ‘fuente’ de un asesino serial, cuán divertido sería esto para él...
Excepto que ella tenía que pensar. Cuando nadie más resultara muerto como esas chicas, ¿qué iba a hacer? Su trabajo estaba en peligro. Él ya estaba caminando en una línea dada la información que proporcionó. El aumento de las apuestas por mentir sobre eso era demasiado imprudente.
Tal vez simplemente estaba volviéndose descuidado.
Por otra parte, ¿qué pasa con el color del cabello? La prostituta se lo había teñido justo antes de que muriera, a un tono de rubio que hacía juego con el de la chica Barten. Eso no era algo que se hubiera cambiado entre las fotografías, en realidad había ocurrido.
¿Qué pasa si Monty era un asesino imitador?
—¿Cómo está tu situación de transporte? —Cuando Mels saltó, Tony se detuvo en el proceso de empacar sus cosas—. ¿Está todo bien ahí?
—Sí, lo siento. Sólo pensaba.
Su compañero se colgó el bolso al hombro.
—¿Necesitas pedir prestadas mi llantas clásicas otra vez?
Mels vaciló.
—Oh, no puedo molestarte con…
—No te preocupes. Sólo llévame a casa y es toda tuya, siempre y cuando me traigas el desayuno de nuevo mañana por la mañana —Sosteniendo las llaves, él las mecía hacia delante y atrás en su llavero con el logo de KISS—. Realmente no necesito la maldita cosa.
—Una noche más —Se defendió.
—Dos emparedados de salchicha más con café, quieres decir.
Los dos se echaron a reír mientras apagaba la computadora. Se levantó, tomó las fotografías que Monty le había dado, las metió en su bolso, y pasó un brazo por el de Tony.
—Eres un príncipe entre los hombres, ¿lo sabías?
Él sonrió. —Sí, lo sé. Pero es bueno escucharlo de vez en cuando.
—Oye, ¿conocemos a alguien que sea bueno con las fotografías?
—¿Estás buscando hacerte un retrato?
—Estoy hablando de analizar.
—Ah. —Sostuvo la puerta abierta para ella—. De hecho, justo conozco con quien puedes hablar... y probablemente podamos encontrarlo de camino a casa.
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Mensaje por Invitado Dom Dic 15, 2013 11:40 pm

gracias
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Mensaje por maka.mayi Dom Dic 15, 2013 11:41 pm

ya he salido de vacaciones así que aquí estaré como un clavel xD jajaja hasta el 6 de Enero :( que comienzo de nuevo las clases...
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Mensaje por Invitado Dom Dic 15, 2013 11:42 pm

uuuuuuuuuuuh.... felices vacaciones! yo empece este jueves :D
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Mensaje por maka.mayi Lun Dic 16, 2013 12:24 am

Supongo que ya estoy disfrutando de dormir mucho xD
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Mensaje por Invitado Lun Dic 16, 2013 12:26 am

ajajaja, dormir es unico!!!!
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Mensaje por maka.mayi Lun Dic 16, 2013 12:59 am

es lo más importante, sabiendo que poco duermo cuando estoy en clases
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Mensaje por Invitado Lun Dic 16, 2013 1:37 am

Gracias por el cap!!!
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Mensaje por domy Lun Dic 16, 2013 12:09 pm

Maka gracias por el capitulo, y disfruta de las vacaciones, a dormirrrrrrrrrrrrr. Domy
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Mensaje por Invitado Lun Dic 16, 2013 8:14 pm

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Mensaje por Invitado Vie Dic 20, 2013 5:29 am

gracias por el capi !
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Mensaje por Lyra GgS Vie Dic 20, 2013 6:12 am

GRACIAS!!  Rapture (Ángeles Caídos 4) - J.R. Ward - Página 8 3475925577 !!
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Mensaje por Invitado Vie Dic 20, 2013 10:07 pm

Chicas no estaré por aquí los próximos días así que desde ya les digo felices fiestas, pásenlo super  ::zo6::
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Mensaje por Invitado Miér Dic 25, 2013 5:35 pm

gracias..
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Mensaje por Invitado Vie Dic 27, 2013 11:35 am

Gracias
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Mensaje por maka.mayi Dom Dic 29, 2013 2:09 pm


Capitulo Veintiseis

Traducido por Hishiru
Corregido por Violet~

Jim no esperaba hacer otra visita a la morgue del Hospital St. Francis tan pronto. Atravesar el parque con losas y cadáveres una vez, había sido más que suficiente para él.
Por supuesto, la buena noticia era que no tenía que morir esta vez. El rigor mortis no era suyo.
Qué gran patrón con el que medir la mierda.
El problema era, que las cosas estaban demasiado tranquilas en el frente interno. Y eso significaba que tenía que buscar a Devina, e imaginó que un buen lugar para comenzar era con el cadáver del operativo en la morgue.
Todavía no creía ni por un segundo que la demonio sólo les hubiera echado una mano la noche anterior, cuando había llegado con su afilada y brillante ‘a salvarlos’. Y después de un día gastado siguiendo a Matthias, esperando a que ella hiciera algo más que desayunar, él le había avisado a Ad sobre esperar en la granja, para venir aquí a la tierra del Lysol, el azulejo verde-orina y de las básculas que se utilizaban para pesar el cerebro y el hígado.
Quería echar un buen vistazo al cadáver de ese ‘operativo.’
En la rápida extracción de anoche, no había sido capaz de prestar mucha atención a los restos, y aunque no estaba seguro de lo que podían decirle, era lo único restante alrededor...
Suponiendo que llegara antes de que lo hicieran los de reconocimiento de la XOps.
Su primer indicio de que no todo estaba bien en la tierra donde los médicos forenses eran reyes, fue la presencia de la policía en el pasillo frente a la morgue: uniformes azules por todas partes, dando vueltas por el centro del sótano, hablando el uno con el otro. Después Jim en forma de fantasma espió a través de las puertas dobles de la morgue, había otro cuello de botella con insignias en el área de recepción, mezclándose con los miembros del personal médico.
De alguna manera, el lugar se había convertido en una escena del crimen.
Vaya. Qué sorpresa.
—…hora entraste?
El médico en bata quirúrgica que estaba siendo cuestionado cerca del mostrador cruzó los brazos sobre su pecho y sacó su perilla. —Se lo dije. Mi turno comenzó a las nueve de la mañana.
—¿Y fue entonces cuando llegó?
—Fue cuando marqué mi entrada. Ya se lo dije…
Jim dejó esa entrevista, y se dirigió fuera del lugar, cruzando parte de la empresa del más allá y entrando a la fría sección clínica. Pasando a través de las puertas que decían Solo Empleados, más allá del área con iluminación fluorescente, entre las cinco estaciones de trabajo, la docena de fregaderos hondos, y todas aquellas balanzas olvidadas por Dios, estaban equipadas con más acero inoxidable que en una fábrica de fundición.
Más allá en la pared del fondo, las filas de compartimientos de almacenamiento en frío estaban cerradas con pestillos, como si la gente del St. Francis no estuviera del todo segura sobre si los zombis eran una obra de ciencia ficción, a excepción de uno solo en la esquina. Ese estaba abierto, con varios tipos en camisas polo color azul marino espolvoreando y desprendiendo huellas dactilares en un radio alrededor de la abertura.
Quién apostaría a que el cadáver del operativo había desaparecido.
Que desagradable sorpresa.
Jim maldijo cuando se acercó, y no encontró rastro de Devina en ningún lugar a la vista, por lo general, a su paso, persistía un desagradable olor como a Glade PlugIn infernal. ¿Aquí? Había el más mínimo soplo en el interior de la unidad de refrigeración, aunque nada reciente.
Parecía que los XOps habían llegado a limpiar, no la demonio.
—Maldita sea.
Mientras hablaba en voz alta, un par de policías miraron hacia donde estaba de pie, como si estuvieran esperando ver a uno de sus amigos.
Cuando fruncieron el ceño y volvieron a su trabajo, Jim consideró ir arriba para hacer una visita, y no estaba hablando de la sala de emergencias o de los cuartos de hospitalización del hospital. Pero, ¿qué podría hacer Nigel el arcángel por él? Los Viajes al Cielo realmente no habían ayudado en el pasado, y él sabía como la mierda que estaba bastante enfadado y frustrado.
Estaba a punto de irse cuando cayó en la cuenta de algo.
En las unidades bajas de la pared, miró los nombres que habían sido impresos en tarjetas y deslizadas dentro de los soportes de las anchas puertas.
Efectivamente, en el otro extremo, había una que decía: BARTEN, CECILIA.
En algún nivel estaba sorprendido de que sus restos todavía estuvieran aquí, pero luego se recordó que esto se sentía como si hubieran pasado siglos desde que la había encontrado en esa cantera. En realidad, había sido una mera cuestión de días, y ella era, después de todo, parte de una investigación criminal.
No era que algún miembro de la DPC fuera capaz de encontrar a Devina y culpar a ese demonio por su muerte.
Ese era su trabajo.
Levantando su mano, tocó el acero inoxidable. Tarde o temprano, la madre de Sissy tendría la oportunidad de enterrar a su hija, y ese tipo de cierre frío era algo así como el espacio de refrigeración en que mantenían a los cuerpos, ¿no es así?
Una cerradura donde el dolor se almacenaba por el resto de los días de alguien…
Jim frunció el ceño y movió su cuello alrededor, sus sentidos saltaban en una gran cantidad de niveles.
Con una maldición, se abrió paso fuera de las instalaciones de examenes, a través de la oficina de recepción y más allá del pasillo.
Busca, pensó... y encontraras.
Lástima que todo el mundo se presentara al mismo tiempo.



—¿Sabes lo que me gusta más de los hospitales? —preguntó Tony.
Mels caminó con él hasta uno de los edificios grandes del St. Francis, esperaron a que la puerta giratoria automática los dejara entrar. —No es la comida.
—Au contraire , la máquinas expendedoras. —A medida que entraban juntos por la puerta, él metió sus manos en los bolsillos de sus pantalones y sacó una variedad de monedas—. Ellos tienen una buena selección aquí.
—Bueno, puedes guardar tus centavos, van por mi cuenta.
—Dime algo... ¿por qué no salimos?
Forzando una sonrisa, ella pensó... hombre, él no quería que respondiera a eso. Y ella tampoco.
Cuando llegaron con un grupo de personal médico y visitantes jugando bingo con el ascensor, ellos cubrieron sus apuestas con el primer conjunto de puertas porque era el menos congestionado. Segundos más tarde, se produjo un bing, y ese elevador que llegó, en particular, se dirigía hacia abajo.
—Hemos elegido sabiamente —dijo Tony con voz afectada.
Mels rió mientras esperaban a que algunos guardias de seguridad salieran; después entraron junto a un tipo de construcción y su cinturón de herramientas.
Era un milagro que el hombre aún pudiera caminar con todos esos martillos y destornilladores colgando de él.
Cuando llegaron a la planta del sótano, Tony hizo una seña con la mano, y ella también. El chico martillo hizo lo mismo, haciendo un tres por tres, aunque él salió en frente de ellos, dirigiéndose hacia los sonidos distantes de clavos siendo golpeados y sierras gimoteando su camino a través de dos a cuatro pulgadas.
—Es posible que tengamos que esperar —dijo Tony mientras seguían las indicaciones a la morgue—. Suraj dijo que se escabulliría cuando llegáramos aquí, pero…
Ambos se detuvieron al doblar la esquina.
Los uniformes azules del DPC estaban por todas partes, estrangulando la entrada a la morgue.
—Supongo que la investigación está todavía en pleno desarrollo —murmuró ella—. ¿Estás seguro de que tu amigo puede salir de allí?
—Sí, veamos como le va —dijo Tony mientras mandaba un mensaje de texto desde su celular.
Mientras su mente bloqueaba con algo distinto a Matthias, lo que era justo la distracción que quería, esperó que esto tomara más tiempo. Dios sabía que lo último que necesitaba era tiempo libre y un coche. Ella sería responsable de terminar de nuevo en el Marriott, donde Matthias bien podría estar cenando con Cosa Caliente, o peor.
Pero vamos, el hecho de que tuviera un arma calibre cuarenta no significaba que hubiera matado a alguien. Ella tenía una nueve milímetros en el bolso y no la hacía una sospechosa por cada tiro que sucedía en la ciudad…
—Maldita sea.
Tony levantó la mirada. —¿Eh?
—Nada, sólo estoy frustrada.
—Tal vez esto podrá aún funcionar… —Mientras su celular dejaba escapar un sonido de Piolín, revisó un mensaje de texto—. Oh, bueno, Suraj no va a dejarnos plantados, tenemos que esperar unos… Oh mira. Máquinas expendedoras. ¡Qué sorpresa!
Efectivamente, frente a la morgue había una sala de descanso con todo tipo de máquinas expendedoras de calorías. —Tú planeaste esto.
—No la parte de los policías.
Mientras ellos entraban y Tony evaluaba las ofertas, Mels paseaba alrededor de las mesas que estaban atornilladas al piso y las sillas de plástico naranja que no lo estaban, probablemente era porque eran tan feas e incómodas que nadie querría robárselas.
Recordando su promesa, Mels sacó su cartera y contó sus billetes de un dólar. —No te contengas. Tengo un montón.
—Esto es sólo un aperitivo antes de la cena, la verdad. Y no me gusta comer solo. —Él miró por encima de su hombro—. ¿Hola? ¿Wingman?
Fue triste que encontrara relajante pensar nada más que en el tipo de sobre-procesado, producido en masa y peor-que-lo-no-orgánico que quería.
Una firme señal de que necesitaba unas vacaciones. Y una vida.
—¿Has escogido tus opciones? —dijo ella mientras esa sierra al final del pasillo se ponía a gritar de nuevo.
—Será mejor que lo creas.
Luego de siete dólares dentro de la máquina, Tony tenía una colección de bolsas de nachos y barras de caramelo en las manos.
—Ahora es tu turno —dijo.
—Yo no tengo tu metabolismo.
Tony se frotó el vientre. —Yo tampoco.
Ella escogió unos M&M’s clásicos que había amado cuando era niña, pero se había quedado sin billetes. Poniendo sus manos en todos los bolsillos que tenía, sacó un puño de monedas sueltas e hizo su camino hacia sus bolsillos traseros…
Mels se congeló.
—¿Qué? —preguntó Tony desde donde se había sentado.
Un casquillo. Ese era el qué.
¿En su maldito bolsillo?
Excepto que algo regresó a ella mientras cogía la cosa de las monedas desiguales… ese garaje de la granja en las afueras de la ciudad. Donde ella había encontrado una Harley con el motor caliente, Matthias con una mentira sobre su cara, y… algo más…
Alguien más…
Un disparo repentino e intenso atravesó su cabeza, el dolor obstruyendo sus procesos de pensamiento, apagándolo todo… pero con la convicción de que había visto algo importante ahí. ¿Aunque, qué había sido?
Empujando con fuerza, su mente parecía no poder poner un nombre a la canción, y cuanto más intentaba, más dolía.
—¿Mels?
—Estoy bien. No, en serio, sólo… probablemente necesite el azúcar.
Tony asintió mientras reventaba la bolsa de Doritos Cool Ranch. —Algo estimulante nunca es una mala cosa.
Un tipo fornido con una bata blanca entró. —¡Eh!, perdón por hacerte esperar.
Tony consiguió darle la mano. —Suraj, hola, hombre.
Sacudiéndose a sí misma para enfocarse de nuevo, Mels puso la bala en su bolso y luchó para pasar a través de los holas.
—No queremos interrumpirte en tu trabajo —dijo ella mientras se agrupaban alrededor de una de las mesas.
—Sí, bueno, no hay ni ha habido mucho de eso hoy. —Suraj sonrió, sus dientes blancos contra su piel hermosa—. La policía ha estado aquí desde esta mañana interrogándonos sobre el cuerpo que ha desaparecido.
—¿Qué nos puedes decir? —preguntó Tony con la boca llena de crujidos.
—Extraoficialmente, es el que se encontró anoche en el sótano del Marriott. —Suraj se encogió de hombros y se acomodó en su asiento naranja como si su trasero estuviera bien familiarizado con las feas sillas—. No sé mucho. Llegué al mediodía para mi turno habitual, y el DPC estaba por todo el lugar. Rick ha estado con el hombre encargado de las preguntas, fue él quien descubrió que el cuerpo había desaparecido. Fue a sacarlo para hacerle la autopsia, y... nada. No estaba. Es muy raro, quiero decir, no es como si el muerto saliera o algo así. Pero las alarmas estaban apagadas, y los cuerpos no son fáciles de ocultar, no es como si lo pasaras de contrabando bajo tu axila. Además, ¿este lugar? Hay ojos por todas partes. Las cámaras de seguridad, las personas…
—¿Ha sucedido esto antes? —preguntó Mels.
—Si ha sucedido, fue antes de que trabajara aquí. Por otra parte, sólo he estado aquí un par de años. Es un misterio.
—¿Nos dejarás saber cuándo puedas hacer una declaración? —Tony interpuso.
—Eso tendrá que venir de mi jefe, pero te mantendré informado por debajo de la mesa tanto como me sea posible. Ahora bien, ¿qué puedo hacer por ti?
Tony miró a Mels mientras cogía una pequeña bolsa de Cheetos y señalaba al hombre con eso. —Así que, Suraj no sólo es bueno en lo que hace aquí. También tiene una habilidad especial para el análisis de fotos, por lo que creo que puede ayudarte.
Suraj volvió a sonreír. —Soy un maestro en tres funciones, en realidad, también hago pollo tikka masala, marinado con yogurt y especias, y servido con una salsa de tomate.
—Con el pan naan de ajo —agregó Tony—. Genialidad pura.
—Entonces, ¿de qué tipo de imagen estamos hablando? —preguntó su amigo.
Mels sacó la carpeta que Monty le había dado. —Antes de que veas esto... no puedo decirte quién me las dio o el modo en que entraron en la posesión de él o ella.
—Lo que estás diciendo es que debo olvidar que alguna vez las vi.
—Exactamente.
Mientras el hombre agarraba la carpeta y la abría, Mels frunció el ceño y miró a su alrededor. Esa sensación de estar siendo observada apareció de nuevo, hormigueando en su nuca y haciéndola apretarse las manos. Excepto que no había nadie en la entrada. Nadie más allá del pasillo. Nadie al acecho detrás de las máquinas expendedoras de Tony o bajo las sillas de mala muerte o bajo las mesas atornilladas…
—Conozco este caso —dijo Suraj mientras hojeaba las fotos, y Tony se inclinaba para mirar—. Sí, esta es la prostituta que fue encontrada en el motel, reconozco la ropa. Sin embargo, estas marcas no estaban en su abdomen cuando llegó aquí.
—Y esa es la cuestión —Mels ocultó su paranoia—. Las fotografías oficiales del cuerpo no muestran nada, pero esto, se afirmó que había sido tomada antes que lo hiciera la DPC. Por eso quiero saber si estas imágenes están modificadas de alguna manera.
Suraj la miró desde el otro lado de la mesa. —¿Tienes los archivos de estas imágenes? ¿JPEGs? ¿GIFs?
—No, me dieron las impresiones, y son todo lo que puedo a conseguir.
—¿Me dejas que las tenga en mi área de trabajo por un minuto?, tengo un microscopio allí.
Mels se acercó más. En voz baja, dijo—: La policía no sabe acerca de estas fotografías, y no estoy segura de lo que su dueño hará con ellas.
—Así que lo mantengo en secreto.
—Pero sé que no obstruiré la justicia, si eso es a lo que se reduce. No he tenido mucho tiempo con ellas, e iré rápidamente con las autoridades si es necesario.
—Pero probablemente no quieres que las escanee en mi computadora y haga un análisis de esa manera, ¿no?
—Prefiero no hacer copias, sobre todo no en forma electrónica.
—Está bien, puedo decir mucho bajo el microscopio. —El hombre se levantó—. Dame diez minutos y veré lo que puedo hacer.
Mientras Suraj se iba y Tony jugaba a apuntar y disparar en una de las papeleras, Mels frotó la parte de atrás de su cuello y pensó en lo que había encontrado en su maldito bolsillo.
—¿Supongo que no conoces a alguien en balística? —dijo ella.
—De hecho, sí. ¿Qué tienes?
Mels se masajeó las sienes. —En realidad, un dolor de cabeza.
—No has comprado tu comida todavía. Mucho menos comido.
—Tienes razón, amigo. —Se levantó y se dirigió hacia el cielo de las expendedoras—. Muy buen punto.
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Mensaje por maka.mayi Dom Dic 29, 2013 2:12 pm

Felices Fiestas y Prospero Año Nuevo chic@s

Espero que hayan disfrutado este 2013 y que el 2014 esté lleno de salud, amor y muchas sorpresas buenas de la vida.

Gracias por seguir aquí aunque soy una moderadora lenta subiendo los capítulos, gracias por ser comprensiv@s, les agradezco mucho todo...  Rapture (Ángeles Caídos 4) - J.R. Ward - Página 8 3475925577 
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Mensaje por domy Dom Dic 29, 2013 3:09 pm

Gracias Maka por el capi... y bendiciones para ti y los mejores deseos para el 2014  santa
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Mensaje por Invitado Dom Dic 29, 2013 6:52 pm

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Mensaje por maka.mayi Dom Dic 29, 2013 10:42 pm

domy escribió:Gracias Maka por el capi... y bendiciones para ti y los mejores deseos para el 2014  santa

Muchas gracias, igualmente ;)
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Mensaje por Invitado Dom Dic 29, 2013 11:24 pm

muchas gracias!
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Mensaje por maka.mayi Lun Dic 30, 2013 9:52 pm


Capitulo Veintisiete

Traducido por Hishiru
Corregido por Violet~

Cuando Jim estuvo justo dentro de la sala de descanso frente a la morgue, se puso íntimo y personal con el hecho de que la invisibilidad tenía sus ventajas, y en ocasiones podía poner las bolas en la cremallera.
Había sabido el momento exacto en el que Mels Carmichael había entrado en el Centro Médico St. Francis, y dado el número de policías en el sótano, no había sido una sorpresa total que ella se hubiera dirigido directamente a donde él estaba. Desafortunadamente, él también había sentido un reflejo de Devina en alguna parte alrededor, pero no podía precisarlo.
Y entonces había visto esas fotografías.
A diferencia de la reportera, su amigo de los doritos, y el tipo que parece doctor en bata, él sabía exactamente lo que eran esas marcas, así como también quién las puso allí.
Y quién las había quitado del cuerpo.
Aquellas runas en la piel de esa mujer muerta eran exactamente las que habían estado en el abdomen de Sissy. Un lenguaje, una marca, tal vez incluso un mensaje. Y lo que pudo grabar Devina probablemente podría ser quitado, después de todo, ella rutinariamente creaba una imagen tridimensional de su perfección sobre un cadáver caminante/hablante de su verdadero yo.
Un trabajo de limpiador no estaba fuera de lo realmente posible...
Cuando el hombre con el pase del hospital colgado de su solapa se levantó y se fue, Jim lo siguió y a esas fotos a la morgue, a pesar de que no había nada que pudiera hacer, y dejar a la reportera no era probablemente la idea más brillante.
Excepto, ¿por qué querría Devina estar jugando con matar a una mujer humana al azar? Uno pensaría que estaría demasiado preocupada sobre el juego, y esa prostituta claramente no era virgen, por lo que no era como si ella pudiera utilizar la protección del espejo del demonio…
El color de cabello. El cabello color rubio.
El alisado del cabello.
Al igual que Sissy.
Cuáles eran las posibilidades. —Hija de p…
El tipo del hospital se detuvo en medio de la obstrucción del DPC y miró detrás de sí, y Jim envió un recordatorio a su boca que ser invisible era una cosa; el silencio era otra.
Mientras el hombre caminó por un pasillo hasta una estrecha oficina de tecnología especializada, Jim se quedó a un lado, recostándose contra una pizarra blanca marcada con una cuadrícula de nombres, fechas y procedimientos. Cuando el teléfono sonó minutos más tarde y el chico se mantuvo distraído, Jim quiso quitar el cable de la pared y reorientar al bastardo.
Pero vamos. Él ya sabía el trato; la cuestión era quién estaba más cabreado. Él mismo. Devina…
Jim frunció el ceño, cuando algo cayó en la cuenta. Durante los registros de entrada con Adrian esta mañana, el ángel había mencionado que él había estado pasando el rato en la escena de un asesinato con la periodista.
Qué maldita coincidencia.
Pasó una buena media hora antes de que el hombre se levantara de su microscopio para regresar con la reportera y su amigo carga-carbohidratos.
—Entonces, ¿cuál es el veredicto? —preguntó ella mientras él se sentaba.
—Bueno, primero las advertencias. Sin el archivo digital en sí, o la posibilidad de pixelarlas y ejecutar una exploración, realmente no puedo dar un cien por ciento…
El sonido del golpeteo por encima de sus cabezas los tenía a los tres mirando hacia arriba y luego protegiéndose los ojos cuando una lluvia de partículas finas se desprendió de los cuadrados del techo.
—¿Por cuánto tiempo seguirá ésta construcción? —preguntó Tony mientras un agudo rechinido salía de una sierra.
—Por. Siempre. —El hombre alineó las fotografías sobre la mesa—. De todos modos, dejando las renuncias a un lado, esto es lo que pienso. Por lo que pude ver bajo el microscopio, parece como si no se hubiera hecho un retoque, pero eso realmente no dice mucho, teniendo en cuenta que sólo tengo las impresiones, y la gente puede hacer algo bastante sutil, cosas sofisticadas con imágenes si tienen equipo suficientemente bueno.
Mels inhaló profundamente. —Bien, gracias…
Suraj levantó su palma. —Espera, no he terminado. Yo vi ese cuerpo. Había una erupción en la zona abdominal, pero obviamente eso no es lo que hay en estas fotografías. Y recuerdo ese patrón, estuvo también en la chica que fue encontrada en la cantera…
Otro sonido, más fuerte, como un trueno, reverberando en el techo... como si algo se hubiera dejado caer arriba directamente sobre las baldosas.
La última cosa que vio Jim antes de que el infierno se desatara fue a Mels mirando ferozmente al cielo. Un segundo después, una sección de seis por ocho del techo falso se liberó de su laberinto de vigas y se cayó en una sola pieza, dónde todavía estaba unido a las bisagras.
Despedido directamente hacia Mels.
Jim se volcó a la acción, saltando hacia delante, empujándola fuera de esa silla naranja y fuera del camino. La espalda y hombros de Jim tomaron la peor parte del impacto, el pesado borde afilado lo cortó, extrayendo sangre mientras todos en la sala gritaban y se agachaban para cubrirse.
El dolor le hizo revelarse a sí mismo, pero ese no era el problema más grande. Mirando hacia el agujero oscuro en el techo, fijo los ojos con... un trabajador de la construcción iluminado por la luz filtrada hacia arriba desde la sala de descanso.
De pie, con las botas plantadas en las vigas del techo y las manos en las caderas en el vasto espacio por encima, el hombre no estaba bien.
Sus ojos eran negros como las profundidades del Infierno.
—Devina —susurró Jim.
De repente, el trabajador se agarró el pecho y comenzó a caer hacia delante, su cuerpo cayendo con una gracia curiosa, los extremos de todas esas herramientas en su cinturón resplandeciendo como el cabello de una modelo delante de un admirador.
Jim jugó pasa-la-pelota por segunda vez, cogiendo al hombre en un agarre poco seguro porque los cuerpos blandos y flácidos, aunque pesaban menos, eran más desordenados que los trozos del techo.
Hubo una explosión repentina de voces, pero Jim no les prestó ninguna atención. Estaba demasiado ocupado poniendo al trabajador inconsciente en el suelo, y detectando la abrupta salida de Devina.
Maldición...
—Oh, Dios mío —dijo Mels, agachándose.
Un codazo fuerte empujó a Jim a un lado, el hombre con la insignia del hospital poniéndose de rodillas y colocando los dedos a un lado de la garganta del tipo de construcción. Mientras Jim salía del camino…
—Jim Heron.
Jim miró a la reportera, que estaba mirando hacia él mientras se levantaba del suelo. Jodido infierno, pensó mientras ella se enfrentaba a él.
—¿Y bien? —Exigió ella, al parecer impertérrita ante el hecho de que casi había sido asesinada—. Y no lo niegues. He visto tu foto en un montón de lugares.
—Soy su hermano gemelo.
—En serio.
El tipo médico levantó la vista. —Que alguien llame a la extensión nueve-cero-cero-cero en ese teléfono. Díganles que estamos fuera de la morgue.
La chica de Matthias se puso en marcha, descargando la directiva con calma y rápidamente. Cuando volvió, se acercó a su colega del periódico, quien, a pesar del drama, había logrado despegar la envoltura de una barra de Snickers y comenzar a comerlo.
—¿Estás bien? —le preguntó ella.
—Estuvo cerca —murmuró él, mirando el drama médico a sus pies.
Mels volvió a centrar los ojos en Jim, luego hizo una mueca y se frotó la sien como si estuviera adolorida.
La cosa se convirtió en una convención en ese momento, con otras personas que llegaron de la construcción, junto con el personal del hospital, seguridad, y un par de policías que habían oído el impacto.
Cuando el trabajador que se había caído del techo fue puesto finalmente en la camilla, abrió los ojos. De nuevo azules como el cielo. No negros.
No era una sorpresa.
Hombre, esa demonio tenía algún tipo de bolas: Si era cierta la teoría convencional de un poder superior, entonces el Tipo Grande de Arriba sabía todo lo que pasaba, en todo momento, en todo el planeta, desde cada flor que florecía a las plumas de un gorrión, hasta… los descomunales trabajadores de construcción que caían libres en las salas de descanso en los principales hospitales metropolitanos, ya que había sido poseído temporalmente.
Sin duda Devina había tenido la intención de que buena parte del edificio cayera encima de Mels. Y eso no habría sido un desestabilizador en el juego: Matthias finalmente conectaba con una chica, y ¿entonces ella muere?
Gran disposición para la toma de decisiones.
¿Y pensar que Jim había asumido que el demonio estaba siendo demasiado tranquila?
Viéndose libre de la congestión, desapareció, pensando en que Mels asumiría que se había ido. En cambio, se quedó donde estaba, y se pegó cerca de la reportera, y tuvo que admitir que estaba impresionado. Era un pájaro duro, respondiendo a las preguntas que el guardia de seguridad del hospital le hacía, manteniéndose junto a su amigo, así como al hombre que había hecho el análisis del microscopio, trabajando en el control de masas mientras que el HDP herido que estaba en la camilla fue retirado de la escena.
Ella miraba a su alrededor de vez en cuando, como si estuviera buscando a alguien, pero al final, lo único que podía hacer era describir a su “salvador” para el grupo de seguridad del St. Francis. Sin embargo, ella no mencionó nombres. Aunque lo cierto era que ella no sabía quién era.
En cuanto a la preocupación de la reportera de Matthias, él sólo tenía un asombroso parecido a un hombre muerto. Eso era todo.
Divertido, por mucho que Jim no estuviera muy de acuerdo con lo que había hecho su antiguo jefe en los últimos años, se encontró con que al tipo no le fallaba el gusto sobre el sexo opuesto.
Y él tendría que conseguir juntarla con Matthias lo antes posible. No sólo porque haría más fácil su defensa, sino porque nadie sabía cuándo vendría el cruce de caminos... y Matthias tendría que elegir su camino.
Cuanto más tiempo su antiguo jefe pasara con esa mujer... todos ellos iban a estar mucho mejor.



¿Dónde diablos estaba “Jim Heron”?, se preguntó Mels cuando ella y Tony fueron finalmente libres de irse.
—Menos mal que tenía esa comida —dijo su compañero mientras tomaban de nuevo el ascensor con el que habían bajado al sótano hacia toda una vida—. Son las malditas ocho en punto.
—Sí —Ella apretó el botón de arriba—. Sí...
La palma de Tony cayó sobre su hombro. —¿Estás bien?
Ella tomó una respiración profunda mientras empezaban a subir. —No me preguntes hasta que hayamos llegado arriba. Entre mi accidente de coche y lo que ha pasado, estoy preocupada de que haya otro gran accidente viniendo hacia mí. Las cosas pasan de tres en tres, ya sabes.
—Eso es superstición.
—Espero que tengas razón. —Y pensar que ella había estado preocupada por las tres manchas de uñas en el café de la mañana. Esta racha actual de catástrofes que había estado pasando estaba mucho más allá de cualquier cosa que pudiera ser manejada con una removedora de manchas y una lima de uñas... después de un momento, ella dijo—: Ah, Tony, tengo otro favor que pedirte. —Dios, ¿ella realmente iba a hacer esto?
—Dime.
—¿Recuerdas cuando te pregunté si conocías a alguien de balística? necesito el análisis de un casquillo.
—Oh sí, claro, tengo un par de amigos a los que puedo llamar. ¿Cuándo es tu límite?
—Tan pronto como sea posible.
—Déjame hacer algunas llamadas y ver quién estaría dispuesto a hacerlo por ti.
—Eres un salvavidas.
—Nah. ¿Ese tipo en el sótano? Él es el héroe.
—No te menosprecies.
Mientras salían del vestíbulo, ella salió y... bueno, quién lo diría. Jim Heron, o su hermano gemelo, o lo que sea, estaba esperando al otro lado, descansando contra la pared, mirándose tan discreto como cualquier chico de metro ochenta que fue constituido como una jodida casa de ladrillo podría ser.
Poniendo su mano sobre el brazo de Tony, ella lo detuvo y le devolvió las llaves. —Oye, me voy en taxi a casa, ¿de acuerdo?
Su amigo frunció el ceño. —Puedo llevarte, no esta tan lejos del camino.
—Me iré al periódico…
—Es tarde y ya hemos tenido un infierno de noche.
Eso era cierto, y había muchas posibilidades de que ella estuviera reviviendo la falta de compañía por un tiempo. Pero no perdería la oportunidad de hablar con el superhéroe que había intervenido en el momento justo... y que ahora parecía estar esperándola.
Mels se inclinó y le dio a su amigo un beso en la mejilla. —Nos vemos mañana.
Tony dijo buenas noches y se dirigió hacia la puerta giratoria. Cuando él sacó su teléfono, ella estuvo dispuesta a apostar que pedía comida para llevar, y por alguna razón eso le hizo quererlo aún más.
Volteando alrededor, ella se miró a los ojos con Heron, o quienquiera que fuese, y encontró que su postura casual no era nada que la pudiera engañar. Su tamaño era lo único vagamente amenazante, y su expresión sombría no la hacía pensar en margaritas y narcisos precisamente.
Y sin embargo ella no tuvo miedo cuando se le acercó.
Que este hombre fuera un gemelo es una mentira...
Por otra parte, ¿por qué andar en un lugar público donde alguien podría reconocerlo como ella lo había hecho?
—Pensé que te habías ido —dijo ella.
—Nah, he estado aquí todo el tiempo.
—¿Negocios en el hospital?
—Se podría decir eso.
—Los de seguridad quieren hablar contigo.
—Estoy seguro de que quieren.
Como él se quedó en silencio, ella esperó algo, cualquier cosa, que volviera a ella. No había nada. Él se quedó allí, encontrando su mirada como si estuviera dispuesto a hacer eso en los próximos cien años.
—Supongo que debería darte las gracias por salvarme la vida —murmuró.
—No hay razón para hacerlo. No soy sentimental.
—Bueno, te ves como si tuvieras algo que decirme.
—Matthias te necesita.
Sus cejas se alzaron; y ella apartó la mirada rápidamente. Y a pesar de que le había oído bien, ella murmuró—: ¿Cómo dices?
—¿Puedes venir conmigo? Él está de regreso en el hotel.
Mels miró al hombre de nuevo. —Sin ánimo de ofender, pero no voy a ninguna parte con nadie. Y si no te importa que te lo pregunte… —No es que le importara si él se sintió ofendido por los comentarios hasta la punta de sus botas de combate—, ¿qué relación tienes con él?
—Es un viejo amigo que estoy tratando de ayudar. Él no ha estado bien desde hace mucho tiempo, y la forma en que habla de ti me da esperanza.
Ahora ella sólo parpadeó. —Él no me conoce mejor de lo que yo a él.
—¿Eso realmente importa?
Ella se rió con un estallido fuerte. —Ah... sí. Sí importa.
“El gemelo” de Jim Heron negó con la cabeza. —Mira, he estado preocupado por él desde hace años, ¿de acuerdo? se dirige a una pared en este momento, sacudiéndose alrededor, buscando un propósito, y soy exactamente esa clase de idiota que arrastraría a cualquier cosa y a cualquier persona dentro para que le ayudará a encontrar su camino.
—¿Y crees que soy yo?
—No. Sé que eres tú.
Dejó escapar otra carcajada. —Bueno, deberías haber visto con quien estaba desayunando hoy.
El hombre maldijo. —Déjame adivinar. ¿Una morena con piernas largas?
—De hecho... sí. ¿Quién es ella?
—Malas noticias. —El tipo se pasó una mano por el pelo rubio oscuro—. Por favor, mira, yo solo... realmente necesito tu ayuda. No puedo entrar en detalles, pero Matthias y yo estuvimos juntos en el servicio durante veinte años, y no hace falta que te diga lo que la guerra le hace a la gente. Eres una reportera. Eres un ser humano. Puedes extrapolar a partir de ahí. Él necesita... una razón para vivir.
Pensó en la pistola en la parte baja de la espalda de Matthias. Entonces recordó su cuerpo envolviendo el de ella mientras estaban en el estacionamiento detrás de las oficinas de la CCJ.
Me iré pronto.
—Si piensas que él es un peligro para sí mismo —dijo ella ásperamente—, debes llamar a las autoridades competentes. Por otro lado... lo siento mucho. Pero no puedo hacer esto…
—Por favor. —Los ojos del hombre parecían brillar, no con lágrimas, sino con una luz que le recordaba a la salida del sol sobre el océano—. Él ha llegado demasiado lejos como para perder todo ahora.
Hombre, esas pupilas eran hipnóticas. Y tenía la sensación de que ella había mirado en ellas antes... mirando dentro de ellas y...
A medida que el dolor de cabeza regresaba, cerró los ojos y se preguntó si tenía algún Advil en su bolso. —¿Por qué demonios crees que soy alguna clase de respuesta para el hombre? —Excepto que aún cuando ella tirara de eso, pensó en la conexión entre ellos y lo que exactamente sabía que estaba hablando quien-sea-que es-Heron—. No debería importarme mucho.
Exactamente eso, él no debería importarle mucho a ella.
Él estaba armado con muchos por-el-amor-de-Dios. Y se hospedaba en un hotel en donde alguien había sido disparado…
—Pero te importa.
Mels alzó sus párpados y le frunció el ceño al tipo. —Sé honesto conmigo. ¿Me has seguido hasta aquí esta noche?
—Sí, lo hice. Quería tener la oportunidad de hablar contigo, pero no estaba seguro de cómo acercarme sin asustarte.
—Bueno, acertaste en eso —dijo ella secamente—. Salvaste mi vida.
—Así que en ese sentido, me debes una, ¿no?
Ella se echó a reír. —No puedo creer que estés sacándome eso.
—Como he dicho, voy a hacer cualquier cosa en mi poder para salvarlo.
—¿Salvarlo? interesante elección de palabras, Sr. Heron.
Cuando el hombre no dijo nada más, ella miró su cara durante mucho tiempo. —Demonios.
—¿Eso es un sí?
Le dio la espalda y se dirigió hacia la salida, esperando a que él la siguiera al área taxis alineados en la acera. Y así fue.
—Dime una cosa, señor Heron, ese es tu nombre, ¿verdad? Jim Heron —Él no contestó; y luego otra vez, no tenía que hacerlo—. ¿Crees que la mala suerte viene de a tres?
Mientras un taxi rodaba a una posición frente a ellos, Heron abrió la puerta para ella. —No sé acerca de números. Pero últimamente, la mierda ha estado viniendo en forma de morena.
Con otra maldición, Mels pasó a su lado apretadamente... y se metió en el auto.
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Mensaje por maka.mayi Lun Dic 30, 2013 10:02 pm

Bueno recuerden decirme si notan algún error, soy humana y a veces dejo pasar cositas xD Que lo disfruten  santa santa santa 
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Mensaje por Invitado Mar Dic 31, 2013 2:12 am

gracias!
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Mensaje por Invitado Mar Dic 31, 2013 8:15 am

Otro capi, bien !!!
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Mensaje por domy Mar Dic 31, 2013 3:12 pm

Otro capi para disfrutar, gracias Maka!!!  sunny
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Mensaje por Invitado Mar Dic 31, 2013 7:08 pm

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Mensaje por Invitado Miér Ene 01, 2014 2:01 pm

Graciass!!!
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Mensaje por Invitado Jue Ene 02, 2014 11:17 am

gracias x capis
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Mensaje por Invitado Vie Ene 03, 2014 4:36 pm

gracias maka!!!  Razz
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Mensaje por maka.mayi Vie Ene 03, 2014 5:53 pm


Capitulo Veintiocho

Traducido por monik.fdez
Corregido por Violet~

Matthias estaba en la oscuridad. Y no era la clase de oscuridad que hay en una habitación que no tiene ninguna luz encendida o como cuando estás caminando por la noche en el campo. Ni siquiera era del tipo de cuando cierras los ojos y envuelves tu cabeza en una manta.
Esta era de la que se filtra a través de la piel y llena los espacios entre tus moléculas, de la que contamina tu carne en un permanente estado de descomposición, de la que limpia tu pasado y tu futuro y te suspende en una adhesiva, asfixiante solución de tristeza y desesperación.
Y no estaba solo en esta prisión horrible.
Mientras se retorcía en el vacío ingrávido, otros hicieron lo mismo, sus voces mezclándose con la suya propia en súplicas escapadas de labios agrietados mendigando interminablemente misericordia y sintiendo algo parecido al aliento de una gran bestia. De vez en cuando, él era elegido para una atención especial; garras de monstruos y fauces de colmillos se le prendían, tirando y estirando. Las heridas que le impartían sanaban tan rápidamente como habían sido hechas, proporcionando siempre una superficie fresca sobre la que practicar su arte de masticar.
El tiempo no tenía sentido, ni tampoco edad. Y él sabía que nunca saldría.
Ese era su destino.
Ese era su eterno pago por la forma en que había vivido su vida: había ganado este lugar en el infierno por sus pecados sobre la tierra, y aún así el argumentó lo injusto que era su castigo respecto a los demás con que estaba atrapado. Sin embargo, duro debate. Había poco en el lado bueno que apoyaba su candidatura a la libertad; mejor dicho, nadie estaba escuchando.
Había tenido su oportunidad mortal. Había elegido su camino.
Pero, oh, Dios, si hubiera sabido, hubiera peleado contra sí mismo, descarrilado sus acciones, cambiado las consecuencias, lejos de donde se habían llevado tantas vidas, incluida la suya.
Atrapado en la oscuridad, torturado con sus compañeros pecadores, desolado y desesperado a tal grado que incluso la peor pesadilla no podía comparársele, ocurrió una interrupción que hizo burbujear sus emociones.
—¿Matthias?
Se despertó con un grito, volteando la cabeza de la almohada, los brazos golpeando hacia adelante como si tuviera algo con que luchar.
Pero no había nada frente a él. Nadie enredado con él.
Y había luz.
En el tenue resplandor del cuarto de baño, Mels… su bella Mels... estaba parada a los pies de la cama en su habitación de hotel. Tenía puesto su abrigo y su bolso colgaba de su hombro, como si acabara de llegar de trabajar... y en su expresión no había nada remoto, sino comprometido.
Un mal sueño, se dijo. Había sido un mal...
¡La mierda que había sido un sueño…!
—Matthias —le dijo ella suavemente—, ¿estás bien?
Al principio no podía entender por qué ella le estaba preguntando eso. Sí, había tenido una pesadilla, pero…
¡Ah, mierda!, ¿estaba llorando?
Limpiándose las mejillas con las palmas de las manos, saltó de la cama y se excusó para ir al baño. ¿Llorar delante de ella? Sí, era eso lo que le faltaba.
—Sólo dame un minuto.
Encerrándose en el baño, apoyó las manos sobre el mostrador y dejó caer la cabeza sobre el lavamanos. Mientras abría el grifo para hacer que pareciera como si estuviera haciendo algo que no fuera tratando de no ser un cobarde, él se hundió en la modesta fuerza de sus brazos, tratando de despojarse de la convicción que donde había estado en ese sueño en realidad no era un lugar en el que de verdad había estado.
No estaba funcionando.
El Infierno que acababa de ver era un recuerdo, no una pesadilla. Y no era eso suficiente para que sus manos temblaran.
Salpicar el agua en su cara no hizo una mierda, y tampoco lo hizo restregarse fuerte con una toalla blanca. Después de utilizar el retrete, volvió a salir; tenía que hacerlo. Más tiempo en el baño y Mels pensaría que él mismo se había colgado con el cinturón o algo parecido.
Al salir, se la encontró sentada en la silla junto a la ventana, con las manos sobre el regazo, la cabeza inclinada hacia abajo como si estuviera evaluando si era o no necesario recortar su uñas.
Consciente de que estaba sólo con la camiseta y los bóxers que había comprado en la tienda de regalos del vestíbulo y que sus piernas arruinadas estaban en exhibición a partir de la mitad del muslo hacia abajo, se puso de nuevo bajo las mantas.
—Me sorprende que estés aquí —dijo en voz baja mientras se ponía las Ray-Ban.
—El que se hace llamar hermano de Jim Heron me trajo en un taxi y me dejó entrar.
Maldito sea ese hombre, Matthias pensó.
Mels encogió de hombros, como si supiera que él estaba enojado. —¿Y sabes una cosa?
—¿Qué?
—No creo en esa mierda del gemelo ni por un segundo. Creo que ese es Jim Heron, y que fingió su muerte por alguna razón… y creo que tú sabes por qué.
En la pausa que siguió, era obvio que esperaba que él llenara los vacíos, pero su cerebro estaba bastante cerrado. Él no la quería cerca de ese tipo, mucho menos sola con él, porque no podía confiar en nadie. En especial, no con ella.
—Te reuniste con él cuando salí y te encontré en ese garaje. ¿No es así?
—Es complicado. Y en cuanto a su nombre, no es mi historia para contarla.
—Me dijo que ambos habían servido en el ejército juntos. —Ella esperó de nuevo para que él completara la información—. Está claro que se siente responsable por ti.
Mientras su pasado se debatía detrás del velo de su amnesia, por lo menos él no tenía por qué mentirle. —Gran parte de ello es una... bruma. Nada más. —Él trazó una mirada hacia ella—. Estoy contento de que hayas venido.
Hubo una larga pausa. —¿Quieres decirme por qué estabas tan alterado hace unos minutos?
—No me creerías.
Ella se rió un poco. —Después del último día y medio, lo más probable es que lo haga, créeme.
—¿Por qué?
—Todo se siente... mal. Quiero decir, ha sido un extraño paseo, ya sabes. —Ella lo miró como si estuviera tomándole la temperatura, la presión arterial y la frecuencia cardíaca a través de la habitación—. Háblame, Matthias. Tienes que abrirte… y si no me puedes darme tus recuerdos, sólo dime dónde estás.
Cerrando los ojos, se sentía como si estuviera acorralado, sin poder responder, pero incapaz de hacer caso omiso de ella.
Por último, murmuró: —¿Qué dirías si te dijera que creo en el Infierno? Y no desde un punto de vista religioso, sino porque he estado allí, y creo que fui enviado de vuelta aquí para hacer algo. —Hombre, ella estaba callada—. No sé lo que es, pero voy a averiguarlo. Tal vez es una segunda oportunidad, tal vez es... otra cosa.
Se sentía aún más el silencio.
Levantando los párpados, la midió. —Sé que suena loco, pero... desperté desnudo sobre la tumba de Jim, y creo que fui puesto allí. Todo lo anterior es un espacio en blanco, y sin embargo tengo esta sensación de que se supone que debo hacer algo, que hay un propósito para que esté aquí... y que no tengo todo el tiempo del mundo.
Mels echó su cabello hacia atrás y se aclaró la garganta. —La parte en blanco es porque tienes amnesia.
—O tal vez es porque se supone que no tengo que recordar. Te lo juro... he estado en el Infierno. Estaba atrapado allí con un sinnúmero de personas en una cárcel, donde lo único que había era... sufrimiento. Eternamente. —Él se frotó el esternón, y luego dejó su mano donde estaba, sobre su corazón—. Lo siento aquí, en mi pecho. Justo como sé que tú y yo estábamos destinados a conocernos la noche en que lo hicimos, y que debemos estar juntos en estos momentos. Y sí, eso es una locura, pero sí el más allá no existe, ¿por qué tanta gente cree en eso?
Mels negó con la cabeza. —No sé la respuesta a eso.
—Me alegro de que estés aquí —dijo.
Mientras más se demoraba en responder, más supo que había empujado demasiado lejos... excepto que luego sonrió de un modo triste.
—Mi padre creía en el Cielo y el Infierno. Y no sólo en teoría. Un poco irónico, teniendo en cuenta el modo en que llevó su vida. Aunque tal vez sintió que estaba personalmente a cargo de la "ira de Dios" de lado de las cosas en la tierra.
—¿Él iba a la iglesia?
—Todos los domingos. Como un reloj. Tal vez pensó que eso lo liberaría por algunos de sus más… podríamos decir, correcciones físicas del comportamiento.
—Nada hace eso.
A medida que sus ojos se dispararon hacia él, quiso maldecir. ¡Qué manera de decirlo! Lo hizo sonar como si su papá estuviera en el sótano—. Lo que quiero decir es…
—Él hizo un montón de cosas buenas, también. Salvó a mujeres y niños de situaciones horribles, protegió a los inocentes, se aseguró de que la gente tuviera lo que se merece.
—Eso debería funcionar a su favor, entonces. —Patético, tan patético—. Mira, no pretendo sugerir…
—Está bien…
—No, no lo está. No sé lo que estoy diciendo —Puso sus palmas hacia arriba—. No me hagas caso. Era... una mierda de pesadilla, sí, nada más que eso, y yo no sé... una maldita cosa.
Mentiroso. Un gran mentiroso. Pero las señales sutiles de alivio en ella, desde la flexión de los hombros, hasta la manera en que soltó el aliento contenido, le dijo que valía la pena. Ciento por ciento.
—Su nombre era Thomas —dijo bruscamente—. Sin embargo, todo el mundo lo llamaba Carmichael. Él lo era todo para mí, era todo lo que yo admiraba. Todo lo que quiero ser… Dios mío, no sé por qué estoy hablando de esto.
—Está bien —le dijo en voz baja, porque tenía la esperanza de que si no hacía mucho ruido, ella seguiría hablando.
No hubo suerte. Ella se detuvo, y él se sorprendió por lo mucho que quería que ella continuara. Diablos, él tomaría cualquier tipo de conversación: su lista de compras, sus pensamientos sobre la contaminación del aire, si era demócrata o republicana... la teoría de la relatividad.
Pero hombre, ¿detalles de su pasado? ¿Sus padres? Eso era oro verdadero.
—¿Y tu mamá?
—Estoy viviendo con ella actualmente, desde que él murió. Es... un poco tenso. Yo tenía mucho más en común con él. ¿Con ella? Me siento como un toro en una cacharrería. Ella no se parece en nada a él.
—Tal vez es por eso que se llevaban bien. Los opuestos se atraen y todo eso.
—No lo sé.
—¿Cómo él...?
—¿Murió? En un accidente de coche. Él estaba en un coche patrulla en una persecución, y el vehículo agresor reventó un neumático. Papá se desvió para evitar chocar contra ellos, perdió tracción, y terminó chocando contra un remolque aparcado. Tuvieron que cortar su cuerpo del asiento del conductor.
—Yo... lo siento.
—Yo, también. Lo echo de menos todos los días, y sé que se ha ido, todavía estoy tratando de impresionarlo. Es una locura.
—Creo que él estaría orgulloso de ti.
—Sí, yo no estoy tan segura de eso. Caldwell es un estanque pequeño.
—Es en el que él jugaba.
—Sin embargo, no como un reportero de bajo nivel.
—Bueno, teniendo en cuenta la forma en que me has tratado, ¿cómo podría alguien no sentirse bien acerca de la forma en que resultaste? Tú has sido... muy buena con un extraño.
Mels miró a través de la cama hacia él. —¿Puedo ser honesta contigo?
—Siempre.
Hubo una larga pausa. —No te siento como un extraño para mí.
—Es lo mismo para mí —dijo él en voz baja—. Me siento como si te hubiera conocido toda mi vida.
—Tú no tienes ningún recuerdo.
—No necesito detalles sobre esto.
Ella se miró las manos otra vez, a sus uñas cortas. —Escucha, necesito que me cuentes sobre esa pistola…
—Como te he dicho, la obtuve de Jim, cuando fui al garaje para verlo. La tomé porque no me sentía seguro estando desarmado.
—Así que Heron está vivo, y yo estoy en lo cierto de que la cosa del gemelo es una mentira. —Sus ojos se encontraron con los suyos—. Necesito saber.
Se frotó la cara. —Sí, lo es, pero quiero ser claro. Sus razones para hacerse el muerto son su problema, no el mío. No estoy involucrado en esa mierda, y va a seguir así.
Después de un momento, ella asintió. —Está bien, gracias por decirme. Y creo que puedo perdonar al hombre, considerando que salvó mi vida esta noche.
Matthias hizo un movimiento, su palma le hormigueó como si quisiera encontrar el arma. —¿Te salvó? ¿Cómo?



Mientras Matthias se sentaba en la cama, de repente parecía un tipo muy peligroso, su cuerpo tenso, su expresión llena con una furia protectora que le hacía parecer capaz de casi cualquier cosa en su defensa.
Mels cambió de lugar, sintiendo como la atracción que había sentido antes crecía.
—¿Cómo te salvó? —llegó el gruñido.
—Bueno... —Mientras ella buscaba las palabras, soltó su abrigo, dejando que se deslizara por sus hombros hasta la silla—. Estaba en St. Francis haciendo el seguimiento de un trabajo, y había una zona de construcción. Un tipo estaba trabajando sobre nosotros, y el techo no era lo suficientemente fuerte para mantener a su peso o algo así. Un montón de vigas y tejas cayeron y, como salido de la nada, este tipo Heron salta a la habitación y pone su cuerpo en el camino. El cogió todo, a pesar de que sólo Dios sabía cuánto pesaba. Y entonces el hombre se cayó a través de la construcción. Había tenido un ataque al corazón, supongo. Nos reuníamos con uno de los chicos que trabaja en la morgue y él empezó a hacerle RCP de inmediato. Fue extraño.
Matthias tomó una respiración profunda. Como si estuviera profundamente aliviado.
Y reacciones como esas eran la razón por la que confiaba en él. A pesar de todas las otras cosas.
Mels negó con la cabeza. —Fue sólo un extraño accidente. Pero hombre, tuve la suerte de que él estuviera allí.
—¿Puedo pedirte un favor?
—Por supuesto.
—Ven aquí. —Él le tendió la mano—. Y no es porque vaya a hacer mi movimiento hacia ti. Yo sólo...
Mels se puso de pie de inmediato y cruzó la distancia entre ellos, sentándose en el borde de la cama, junto a él, con el cuerpo inclinado hacia él. Cuando él le tomó la mano, le frotó la parte interna de su muñeca con el pulgar.
La caricia, más que cualquier palabra que pudiera haber dicho, la hizo sentir valiosa.
—Estoy muy contento de que hayas venido aquí —le dijo otra vez.
—Yo también.
Moviéndose hacia adelante, ella tomó las gafas de sol de su cara, y sus ojos se cerraron como si fuera difícil para él dejarla que lo viera correctamente.
—Te lo he dicho, no tienes de qué avergonzarte —dijo en voz baja.
Él se rió amargamente. —¿Sobre qué?
—Sobre cómo te ves.
Sus ojos se balancearon hacia atrás. —¿Y si te dijera que no es ese el problema?
—Entonces, ¿qué es?
—No estoy seguro de que quieras que te responda eso.
Inclinándose, trazó las cicatrices en su sien, y rozó la frente sobre el ojo que ya no funcionaba. —Me gusta la verdad.
Maldijo bajo en su garganta. —Maldita sea, mujer... me estás matando.
—No, no lo estoy haciendo.
Matthias cerró los párpados por un segundo, como si estuviera cavando profundamente en busca de auto-control. —¿Sabes de lo que me estoy arrepintiendo más en este momento?
—¿De qué?
—Que no te conocí antes. De esa manera yo podría...
—¿Podrías qué?
Mientras él se concentraba en su boca, ella tuvo un impulso rápido de lamer sus labios, y cuando ella se dejó llevar, él se movió bajo las sábanas, como si su cuerpo necesitara algo de ella.
Hombre, hacía calor en la habitación de repente.
—Quiero hacer el amor contigo, Mels. Justo aquí, justo ahora. De hecho, lo he deseado desde el principio. En el instante en que te vi en el hospital, ahí fue donde comencé a sentirlo.
Bueno... guau.
Y tal vez otra mujer podría tener haber sido más tímida, pero ella no estaba interesada en los juegos.
—Yo también —Dios, ¿salió eso de su boca?—. Quiero decir, mira, ha pasado mucho tiempo para mí, así que todo esto es una enorme sorpresa... pero había algo diferente en ti desde el momento en que… —Ella se echó a reír un poco—. Desde el momento en que te golpeé con mi coche.
Su mano capturó la de ella nuevamente, reanudando las caricias.
—Gracias —dijo él.
—¿Por qué?
—No lo sé.
No estaba segura de que ella lo creía. —¿De verdad crees que no eres atractivo?
—Me acabaste de ver en bóxers.
Mels negó con la cabeza. —No soy uno de esas chicas superficiales que necesita un chico lleno de músculos. Hay mucho más que eso.
—Tal vez, pero estoy bastante seguro de que te gustaría que tu hombre sea capaz de tener relaciones sexuales contigo.
Mels abrió la boca. La cerró y la abrió de nuevo.
—Exactamente.
Mierda. Probablemente se le debería haber ocurrido a ella, dado las otras cicatrices en su cuerpo inferior...
—Honestamente Mels, la única razón por la que no he saltado completamente sobre ti es porque no puedo. Yo... no puedo. —Él tiró su mano libre y la dejó caer de nuevo a la colcha—. ¿Y sabes lo que es lo que más apesta? He estado con muchas mujeres.
Yyyyyyyyyyyyy eso hizo que a ella le doliera el pecho.
—¿Antes de que fueras herido?
Él asintió con la cabeza. —De todas las cosas que podían volver a mi memoria de nuevo, ¿verdad?
Sintió otra patada en el plexo solar. —¿Te acuerdas de ellas?
—Lo odio, porque yo cambiaría todos y cada uno de esos recuerdos aleatorios por estar sólo una noche contigo. —Él rozó su cara con las yemas de los dedos y luego llevó su pulgar a la boca de ella. Con la misma suave presión que había puesto contra su muñeca, le acarició el labio inferior—. Dejaría ir cada una de ellas. De hecho, se siente como una… maldición, que finalmente he encontrado alguien como tú, sólo para que sea demasiado tarde. Y eso es donde está. Es demasiado tarde para mí, Mels, y así es como me estás matando. Cuando te miro, cuando te veo moverte, cuando sonríes o tomas una respiración profunda, yo sólo... me muero un poco. Todo el tiempo.
Mels sintió que las lágrimas pinchaban las comisuras de sus ojos, una emoción que ella no podía definir golpeando su corazón y haciéndolo sonar.
—Te gustó besarme —dijo ella bruscamente.
—No. Me encantó. Quiero estar haciéndolo ahora mismo. Yo quiero... hacerte otras cosas, sólo para que te sientas bien. Pero eso es lo más lejos que iría, y eso es más que suficiente para mí. Sé que en algún momento, esta noche, mañana, la semana que viene... no va a ser suficiente para ti.
Ella presionó un beso en la mano. —Pensé que te estabas yendo.
—Lo estoy. Eso fue sólo un ejemplo retórico.
Quizás. Pero le dio un poco de esperanza, y de pronto ella necesitó esa certeza para respirar.
—Mels, yo…
Abalanzándose sobre él, calló con su propia boca lo que fuera que él iba a decir. Al principio sus labios estaban rígidos contra los suyos, pero no duró mucho. Muy pronto, él se movía contra ella, queriendo, tomando, chupando, pellizcando.
Cuando por fin se echó hacia atrás, ella estaba sin aliento. —No decidas por mí, ¿de acuerdo?
Estaba claro que ella no era la única afectada, ya que su pecho subía y bajaba con una urgencia que la excitó.
—No necesito sexo para ser feliz contigo —le dijo—. Realmente no es tan importante…
Con una oleada repentina, casi se abalanzó sobre ella, presionando la espalda contra el colchón y besándola duro y profundo. A medida que su cuerpo cubrió el de ella, su lengua entró en ella, poseyéndola de una manera tan completa, que ella no se había dado cuenta hasta ese momento cuan anémicos habían sido otros hombres.
Ese calor que había surgido explotó, la sangre en sus venas entró en un rugido en el espacio entre latidos.
Y eso fue antes de que sus manos empezaran a deshacer su ropa.
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Mensaje por maka.mayi Vie Ene 03, 2014 5:55 pm

¡Feliz 2014! acá el capítulo 28 celebrando la llegada de un nuevo año aunque me tomé unos días de descanso antes de subirlo xD
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Mensaje por Invitado Vie Ene 03, 2014 6:42 pm

Muchas gracias por los capis!!!!

FELIZ 2014!!!!!Y k los Reyes Magos te traigan muchas cosas :)
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Mensaje por Invitado Vie Ene 03, 2014 8:25 pm

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Mensaje por domy Vie Ene 03, 2014 10:16 pm

Gracias!!!! Maka por el capi feliz año para ti y comenzando el nuevo año con ganas de leer jejeje Rapture (Ángeles Caídos 4) - J.R. Ward - Página 8 632165 
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Mensaje por Invitado Sáb Ene 04, 2014 1:59 am

Maka Eres la mejor besos Feliz año nuevooo para todos...
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Mensaje por Invitado Sáb Ene 04, 2014 8:16 am

gracias !!!
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Mensaje por Invitado Lun Ene 06, 2014 12:50 am

Muchas Gracias!!!
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Mensaje por Invitado Mar Ene 07, 2014 7:14 pm

graciasssss Rapture (Ángeles Caídos 4) - J.R. Ward - Página 8 976368
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Mensaje por Invitado Sáb Ene 11, 2014 10:59 am

Muchas gracias. Estan muy bien traducido y me esta gustando. Rapture (Ángeles Caídos 4) - J.R. Ward - Página 8 92571
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Mensaje por Liliana Glynn Sáb Ene 18, 2014 10:37 am

Gracias!!!!
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Mensaje por Mishii Dom Ene 19, 2014 2:32 pm

Gracias por las estupendas traducciones!!  Rapture (Ángeles Caídos 4) - J.R. Ward - Página 8 764388
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Mensaje por Invitado Lun Ene 20, 2014 5:33 pm

Hola maka, gracias por los capítulos, hacia días no pasa por acá, por las vacaciones y encontré varios... me encantaron, feliz año para ti también.
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